GFIVE fue desarrollado junto con atletas para crear una pelota altamente competitiva donde el margen de error es mínimo.
La carcasa de color metálico fue creada para marcadores de baja presión, con especial atención al tamaño de la mancha que proporciona la bola cuando alcanza el oponente con la máxima precisión.
Se ha mejorado la calidad de la pintura, siendo más viscosa y brillante lo que dificulta la limpieza después de alcanzar el objetivo.
Todos los elementos del balón fueron diseñados para preservar la naturaleza, siendo completamente biodegradable.